A menos de una hora de Santiago, se encuentra este apacible hostal/restorán, ideal para quienes buscan la calma campestre cerca de la urbe capitalina. Los fines de semana, la espera es larga, por lo que se recomienda reservar anticipadamente.
El sueño imposible del dueño de este hostal y restorán inaugurado hace poco más de dos años en una parcela de 5 mil metros, era dejar Santiago e irse a vivir al campo. Por eso, cuando logró consolidar su proyecto lejos del ajetreo capitalino, lo bautizó en honor a Santa Rita, patrona de las causas difíciles. Al interior de lo que antiguamente fue una casa de inquilinos, la decoración de las piezas y el restorán está armoniosamente saturada con antigüedades y curiosos objetos que están todos a la venta (incluso los cubiertos). Platos como la plateada con arroz se sirven en sartén de fierro y la preparación estrella de la casa es el costillar acaramelado en maracuyá ($ 7.600). Los sábado y domingo la lista de espera es larga, así que conviene reservar con anticipación, al igual que para quedarse un par de noches en alguna de sus cuatro habitaciones. Camino Santa Rita 2672, fono 855 6704.
Desde los floreros hechos con antiguas botellas de cachantún hasta los pisos del bar se pueden comprar en el hostal-restorán La Calma de Rita, ingeniosamente ambientado con antigüedades.
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